La verdad que no tenía ganas de escribir la crónica, por varias razones, entre ellas, por pereza y por amor propio, jajajajajaja, qué tontería.
Y es que este viaje ha sido diferente, primero por haber sido el primer año que he ido sola, segundo por la poca ilusión con la que iba a competir, tercero por haber sido la primera vez que no he podido terminarla.
Está claro que este 2015 no es mi año, tri-deportivamente hablando…
Ahí va una breve crónica de viaje y carrera:
Jueves 11 de junio
Llego a Zarautz por la tarde, tras casi una hora de coche desde el aeropuerto de Bilbao. Iba tan cargada que parecía una mudanza casi, jajajajajajaja…la vuelta fue aun peor, jojojo… :OOO
Ya me muevo sin gps por allí, me sé los caminos de memoria, jejeje…Parada de rigor en el super para hacer acopio de víveres, y dirección hacia el caserío Sagarmaneta, un clásico de cada año. Ese día recuerdo que hacía una niebla que se podía cortar con un cuchillo :O …prueba fehaciente…
Viernes 12 de junio
Monto la bici, preparo los bártulos y me voy a recoger el dorsal, no sin antes pegarme un desayuno homenaje en el porche del caserío, de esos memorables. En realidad todas las comidas allí son memorables :’)
A todo esto, lluvia incesante TODOS los días, sí, sí, un tiempazo de escándalo. Ni xirimiri ni nada, LLUVIA.
No entreno ni siquiera un poco la carrera, ni salgo en bici, así que 0 activación, jajajaja…la cosa ya no pintaba bien. Eso sí, me voy de shopping por la city, que mola más. Y al final del día, briefing con la participación de figuras como Víctor del Corral, Marcel Zamora, Gustavo Rodríguez, Marina Damlaimcourt, etc. Al terminar, vuelvo al apartamento y coloco las pegatinas en los bártulos. Cenita y a mimir…
Sábado 13 de junio
Me despierto sin estrés, sin despertador, por la claridad que entraba a través de los ventanales del apartamento. Desayuno-homenaje, preparo los frutos secos, barritas y bidón de agua, y meto la bici y lo necesario en el coche para dirigirme hacia la zona de boxes.
Unos 650 triatletas en esta 29a edición del triatlón de Zarautz. La verdad que este ambiente mola mucho, lástima que no estuve mentalmente allí, lo habría disfrutado bastante más. Como cada año, un autocar nos lleva hacia la zona de salida de la natación, de nuevo en Getaria. Las chicas salimos a las 14h, los chicos a las 14:15h. Baile regional antes de la salida, un clásico. Empieza a llover otra vez, a falta de 20′ para comenzar la natación. A sus puestos y go!!!!!!!!
Al principio tengo buenas sensaciones nadando, he entrenado más en mar que el año pasado, así que me siento bien. Cuando llevaba unos 1000mts, quizás un poco más, empiezo a sentir que me cuesta avanzar; corrientes y marea alta. Bueno, me digo, pues ya llegaré, no me voy a pelear con el agua, total, siempre gana ella :'( Pero las sensaciones van empeorando, y cuando llego a la playa de Zarautz (la marea estaba tan alta que no había ni trocito de playa), miro el suunto y veo 3,3km, 1h digo: «a tomar x c…»…6′ más que el año pasado…Y no se puede comparar porque cada año allí el mar es un misterio, año pasado oleaje, este año corrientes y marea alta. LO ODIOOOOOOO!!!!!
Bueno va, ahora empieza la carrera, me autosugestiono…Cojo la bici y doy gas, pensando en las 2 primeras vueltas, que aunque hay algunos toboganes y alguna que otra subida tendida (a lo vasco, claro), lo fuerte está en la tercera, así que intento ganar algo de tiempo en las 2 primeras, pensaba yo.
A la mitad de la primera vuelta, empieza a llover fuerte, para un poco y vuelta de lluvia fuerte con chuscos incluidos en toda la segunda vuelta. Empiezo a sentir frío al final de la primera vuelta, que va aumentando hasta tal punto que me cuesta horrores cambiar piñones y frenar…me chirrían los dientes del frío…vamos, que no entraba en calor ni a hostias :'( Llego a Zarautz al terminar la segunda vuelta, pues la tercera y última iba en dirección Orio y muros varios, y le digo a un juez que no sigo en carrera. A todo esto, una menda llorando cual María Magdalena, de rabia, de impotencia, de «mierda de tiempo», y de «al carajo el esfuerzo»… :'(
Una voluntaria me acompaña hasta mi sitio en boxes, me ofrece su chaqueta, me pone una manta térmica encima y me acompaña hasta mi coche , donde tenía ropa para cambiarme. Me saca las llaves el coche de una bolsita de plástico estanca que yo no tenía coj… a abrir de congeladas que tenía las manos. Desde luego, el voluntariado vasco es brutal, un 10, qué gran labor en todo…
Y así me quedé,…con esa sensación de insatisfacción, y sin volver a subir esas rampas que tantas ganas tenía…
No obstante, tengo que decir que en el fondo para mí fue un alivio no seguir, pues lo estaba pasando bastante mal por el frío y no estaba disfrutando nada.
La parte positiva de todo esto:
1). Que estuve domingo y lunes disfrutando de la gastronomía y paisajes de la zona.
2). Que me he dado cuenta de que ha llegado el momento de un descanso triatlético para mí.
A veces no escuchas a tu cuerpo, ni a tu intuición, cuando te están diciendo a gritos que no vayas por ahí, o que necesitas un respiro. Y me ha costado verlo, porque es un deporte que me apasiona y con el que llevo conviviendo muchos años, pero es cierto que es hora de tomarse un «kit-kat». Aun ahora lo estoy escribiendo y se me cae el lagrimón…Bien sabemos que el triatlón, aún siendo un deporte maravilloso, te condiciona mucho en tu vida, básicamente por el tiempo de dedicación.
MORALEJA: escucha a tu cuerpo siempre, y haz lo que te apetezca, sin esclavizarte a nada. Sólo así lo disfrutarás.
I will come back…
