Y parece ayer cuando por septiembre empecé los entrenos para la maratón…qué rápido pasan las semanas…
28 de noviembre, ya en la ciudad guipuzcoana; se respira un ambiente tranquilo bajo la incesante lluvia. A todo esto, una anécdota sorprendentemente agradable: mientras esperábamos en el aeropuerto al transporte público hacia Donosti, un chico se nos acerca y nos dice: ei, queréis que os acerquemos? Nos miramos y le dijimos: osti, pues vale!! 🙂 Y Víctor y Marta tuvieron la infinita amabilidad y desinteresada hospitalidad de acercarnos al centro. Bien sabemos todos que este tipo de gestos no son muy comunes, así que son mucho muchísimo de agradecer. Un ejemplo de cómo son sus gentes, cercanos y generosos.
Por cierto, Donosti tiene la candidatura a capital europea de la cultura 2016, y no es de extrañar, pues es epicentro de una gran variedad de actividades culturales, además de deportivas. Ya hacía unos años que no la visitaba y, ciertamente, me maravilla su belleza y majestuosidad. Lo que también impacta es su arquitectura, pues presenta desde el estilo barroco y gótico en iglesias, pasando por estilo contemporáneo, hasta edificios de la Belle Époque. Se conservan edificios del 1800 en perfectas condiciones; restauración continua y siguiendo líneas arquitectónicas originales. Una maravilla, vamos.
La llovizna perpetua nos acompañaba allá donde fuéramos, hasta llegó un momento en el que ni molestaba, ni siquiera te enterabas, eso sí, te calas!! Fue entonces cuando empaticé totalmente con los lugareños…si es que al final te acabas acostumbrando a todo!!! :’) La moda en botas de agua no tiene parangón…jajajajaja…
Bueno, pasamos a lo interesante, jejeje…sábado morning, breve entreno de 30′ de carrera con algún progresivo final para activar un poquito; buenas sensaciones. A todo esto, decir que llevaba un par de semanas con un poco de inflamación del tendón rotuliano en ambas rodillas, pero aún así no me molestó, bieeeeeeen!!
Recogida de dorsales a media mañana…ambientazo!!!!!!
Últimas pautas nutricionales precarrera…sólo pensaba en mi zanahoria: el atracón de pinchos que me iba a pegar al terminar este objetivo, aunque esto no se deba hacer, jajajajajajaja…:’) Bueno, todo preparado para el reto del domingo.
Domingo 30 de noviembre, día que recordaré siempre, el de MI PRIMERA MARATÓN. Bajamos en bus desde la zona del hotel hacia la Avenida Madrid. Un hervidero de atletas calentando por la avenida; algunos corrían los 10k, otros la 1/2 maratón, y otros tantos la maratón 😛
El speaker iba avisando a los corredores que calentábamos para que nos fuéramos colocando en nuestro cajón de salida correspondiente. Ahí yo pensé: me voy a arriesgar (a lo loco, ajajajajaja) y me pongo entre el cajón de 3h15′ y 3h30′, y lo que aguante, por sensaciones vaya, como digo siempre.
Pistoletazo de salida para cada distancia, todo el mundo aplaudíamos!!!! GOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!
La salida fue un poco lenta (entonces pensé: me tenía que haber puesto más adelante, pero en fin, iré remontando, jejejeje), así que a los 2′ de salir pisé la alfombra de chipaje, y ahí ya empecé a correr en condiciones y casi sin atasco.
Tengo que decir que al principio y hasta el km 10 no me sentí cómoda en carrera, de vez en cuando me daban pinchazos en los tendones rotulianos, y eso me incomodó. Me concentraba mucho en mi postura, en hacer el paso lo más pequeño y ágil posible para minimizar el impacto con el asfalto, y así se me atenuaba la molestia. Los momentos en los que no me molestaba, intentaba apretar un poco.
A todo esto, me había puesto «tape» rodeando la rodilla a la altura del tendón, y también un poco por encima de la rótula (en ambas piernas). De esta manera conseguía reducir bastante la vibración de la pisada; y aunque parezca tontería, el hecho de haber corrido en mallas largas, psicológicamente me daba la sensación de llevar aun más protegida la zona.
En mi mente llevaba los 4x10k que tenía que ir haciendo, sólo que sin descanso, jajajajaja…cuán sugestivo es pensar cuando estás en el 3r 10k que sólo te queda un 10km y pico ;P La pasada por el estadio de Anoeta me cargaba de fuerzas para proseguir con la carrera…muchísima gente animando!!! Una emoción muy grande me invadía, y algunas lágrimas humedecían mis ojos al ver y sentir aquello. Que por qué corro? pues en parte por vivir estas sensaciones, que sólo te da el deporte.
Durante toda la carrera siempre iba con alguien, habláramos o no…y en los últimos 10-12k, me sentí pletórica y me alcanzó un veterano. El hombre iba un poquito más rápido que yo. Decidí correr junto a él, así que iba a ser mi liebre en los últimos metros. Contínuamente nos íbamos intercambiando palabras de ánimo. Me dice: «venga, que vamos a cruzar la meta en 3h25′ si seguimos así». Ostris, dí lo que pude, e incluso hubo algún tramo (mayormente en los que más gente había) en el que iba a 4’35″/km y 4’40» y aprovechaba estos tramos para exprimirme un poco, pues sabía que cuando dejaba de haber tanta afición animando, el ritmo bajaba un poco 🙁
Y ahí estaba el estadio Anoeta…, y el último km hasta la meta me lo hice progresivo, saboreando cada metro, llorando como María Magdalena (para no variar, jajajajaja) pero de emoción…abrazote a mi compi-liebre y a recoger mi medalla de finisher, que tanto había sudado.
Ahora me paro a analizarlo un poco y me alegra infinito no haber tenido ni 1 sólo km de crisis, ni 1 sólo km corriendo sola, ni 1 sólo km en el que pensara «cuándo acabará esto», ni 1 sólo km en el que se me apareciera el famoso «hombre del mazo», ni uno sólo…no pude acabarla más feliz, no tanto por el tiempo en sí, sino por haberla terminado con tan buenas sensaciones, con mis pies intactos y perfectos y orgullosa del camino recorrido que me he planificado rigurosamente hasta llegar aquí; entrenos sola interminables, tanto extensivos como intensivos en series, que en el fondo aunque los haya hecho con ilusión, a veces decía: madre mía, vaya matada me estoy pegando, jajajajajajajaja…Lo único malo que me he llevado ha sido una inflamación del tendón rotuliano, así que me tendré que pasar unos días sin correr y cuidándome para recuperar lo antes posible.
Mil gracias primero a Peter que me acompañó en este viaje, a todos mis compis que siempre tienen unas palabras de ánimo para mí, al club atletismo Montuïri (Esteve Barceló), a «mis niños» del TTT, a mi club de triatlón BJ Aluminox CTC, a algunos compis de M3T que me quiero mucho, y a mí misma por haber aguantado en este camino y por el trabajo bien hecho!!!! (aquí me tiro unas florecillas, que siempre está bien, jajajajaja)…
Bueno, aún no ha terminado el post, NOOOOOOOOOOOOO, queda casi lo mejor: las mega-sesiones de tapeo y vinitos por Donosti, el premio de verdad!!!!! Yiiiiiiiihaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!